domingo, 9 de mayo de 2010

La épica castellana

En el contexto de la heterogénea península ibérica previa a la invasión musulmana, una serie de pueblos del ámbito de la meseta norte deciden alzar sus armas. Si algo caracterizaba a esos hombres, diferenciándolos del resto de pueblos peninsulares, no eran las circustancias geoestratégicas o un particular apego a la religión católica, sino su espíritu. Entre el telurismo de herencia castreña en la Gallaecia, el matriarcado vasco y la influencia orientalizante del este y sur peninsular, aquellos hispanogodos, futuros castellanos, tenían como estandarte su espíritu patriarcal, guerrero y épico.

No es raro, por lo tanto, que en el seno del pueblo castellano se desarrollase una de las épicas medievales mas prolíficas de toda Europa. Se suele buscar su origen en influjos externos, como el romano, el francés o el godo. Nos parece admisible cualquiera de estas fuentes como origen hipotético de la épica castellana, pero de su origen material, como mero instrumento formal. Porque la épica castellana es, a todos los efectos, castellana, en tanto en cuanto rezuma Castilla por todos sus poros. La influencia goda y romana de la épica castellana es, sobre todo, la influencia romana y goda de la misma Castilla. Siempre teniendo en cuenta que lo romano y lo godo nunca han distado mucho de lo numantino o cántabro. Castilla siempre ha sido guerrera.

Desde CNSC queremos profundizar en esta manifestación literaria y tradicional que refleja con fidelidad el alma genuina de Castilla. De la Castilla mística y guerrera. Iremos desgranando en este mismo blog la épica castellana en toda su extensión.


2 comentarios:

  1. Castilla nace guerrera, pero se hace con el Arte, la cultura....
    Una cosa es su nacimiento, su épica medieval, y otra es que si reconocemos en Castilla algo superior no son tanto sus 'castillos' como su cultura, lengua, arte.... sin ellos los castillos son solo pasado glorioso, con la cultura Castilla es semilla de futuro.

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  2. Me refiero, más que al nacimiento guerrero, al alma guerrera del pueblo castellano. Es cierto que en los orígenes de Castilla, y no sólo en su épica medieval, este espíritu se manifestó muy intensamente. Considero que no se trata de un hecho aislado, pues tenemos precedentes y hechos posteriores que, si no de tal magnitud como La Reconquista, Numancia o las Guerras Cantabras, vienen a constatar que el carácter guerrero en Castilla es una constante. Y no somos una excepción, ni dentro de España y, mucho menos, en Europa. Considero que hay que rescatar ese espíritu, entre otras tantas cosas.

    Los castillos son pasado glorioso, pero el guerrero que los construyo es presente y futuro. El arte y la cultura, por supuesto que son vitales. Siempre en consonancia con el pueblo; y con esto no quiero decir que no haya sitio para el arte de cáracter más individual. Ya se tratará este tema.

    Nuño Blanco.

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